Cuando pretendemos enfocar
la visión de nuestro pasado desde una perspectiva revolucionaria transitamos un
terreno fangoso, lleno de
contradicciones esenciales que lejos de llevarnos a
un destino de cambio, nos envuelve en una red que no estamos en condición de visualizar hasta tanto adoptemos la posición del arácnido. Luce muy revolucionario
llamar anti-imperialista a un prócer de la libertad, podría ser hasta obvio; pero como todos los anti,
terminan sepultando la esencia de los pro. El culto a los héroes ha sido la técnica
utilizada por la clase dominante para conducir el proceso de consolidación de
su hegemonía sobre los demás sectores de la sociedad.
Sucre nace en un momento
histórico crucial para la historia del sistema mundo. Lo que Enrique Dussel
califica como modernidad madura en el
Reino Unido y Francia, el despegue civilizatorio que a finales del siglo
XVIII dejará por primera vez atrás a la cultura del valle del Yangzé en China y
a Indostán. Es casi por azar que la Revolución Industrial generará una
aceleración a nivel técnico instrumental que colocarán a Europa en posición
favorable para ejercer su hegemonía, y contará con la Ilustración, como
filosofía política que sólo con Hegel alcanzará su esplendor profundamente
distorsionante y eurocéntrico, según las intensas y extensas investigaciones
realizadas por el citado investigador.
De tal manera que corremos
el riesgo de alejarnos del meollo del asunto cuando nos detenemos en exaltar la
figura histórica del héroe. El riesgo que Enrique Bernardo Núñez se cansó de
advertir ilustrando con el ejemplo del templo de Cirene, sin que el eco de su
voz llegase a quienes pretenden conducirnos por la senda liberadora iniciada
por un grupo de próceres muy valientes y audaces, pero incapaces de asimilar en
conjunto, lo que en escasos casos particulares como el de Sucre, fueron capaces
de obrar en consecuencia del cambio que en la estructura geopolítica mundial se
estaba gestando desde finales del siglo XVIII.
Imperialismo como doctrina
que justifica el dominio de un Estado sobre otro mediante el uso de la fuerza
militar, económica o política es posterior al colonialismo con el cual se
suele confundir, atribuyendo al primero solo el dominio político territorial.
El imperialismo es posterior al colonialismo que está ubicado desde la primera
expansión europea en 1492, pero este último, no borra completamente los efectos
del colonialismo. Algunos lo definen como una fase más avanzada del
colonialismo cuando varias potencias coloniales deciden repartirse el mundo
durante el último tercio del siglo XIX, llevando esta competencia a la Primera
Guerra Mundial.Sucre fue asesinado para que el proyecto bolivariano perdiera su continuidad. Emergían nuevas formas de colonialismo, el imperialismo se consolidaría en la tercera mitad del siglo XIX. Tres días antes de la muerte del Gran Mariscal, el diario El Demócrata, de Bogotá señalaba que “tal vez Obando haría con Sucre lo que no hicimos con Bolívar”.
El tema está en que la atención por los personajes nos distrae del contexto total en la inmensa red de elementos que conforman la realidad histórica. Una visión históricaliberadora deberá trascender todos los estereotipos prefabricados e impuestos por la cultura de
dominación eurocéntrica, entender que la visión periférica debe ser
transmoderna, significa desmontar el discurso de dominación y crear su propio vocabulario
en función de la propia realidad.